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¡Del Fracaso a la Grandeza! (página 2)




Enviado por Liliana Dercy�



Partes: 1, 2

El fracaso es un maestro duro, severo, riguroso. De esto
no quedan dudas. Pero me gustaría contagiar la idea de que
el fracaso es un maestro hecho y derecho. Un maestro inflexible,
puntilloso que se propone enseñarnos cosas valiosas para
nuestro bien. Nos impone desafíos y pruebas a
veces durísimas que pasar para las que no siempre estamos
preparados. Pero si algo descubrimos con él es nuestra
increíble velocidad para
aprender. Y aprendemos mucho, muy rápido aunque a veces
debemos presentarnos a rendir el mismo examen una y otra vez. Es
que hay lecciones que nos cuesta aprender. Hay cosas que no
queremos ver y entonces cuando hacemos trampa, cuando hacemos la
vista gorda o sin nos convertimos en sabelotodos, la vida no nos
permite engañarnos. Rápidamente nos envía al
fracaso para que aprendamos de una buena vez y lo mejor que nos
puede pasar en estos casos es humildemente aceptar la consigna de
revisar, estudiar para aprobar y continuar.

Ante estas duras observaciones de la vida , ante estos
aplazos rotundos, muchas personas tienden a quedarse con la
desmoralización, con la negatividad de la experiencias y
continúan cuesta abajo por lo general cometiendo los
mismos errores o abandonando la carrera. En lugar de aceptar
humildemente la indicación de estudiar, adoptan una
actitud
ácida y se vencen, equivocando sus pasos y demorando o
aplazando sus objetivos.

También ocurre que se toma distancia del
perpetrador: se evitan esos estudios, esos emprendimientos,
personas, lugares que activen el recuerdo doloroso del fracaso.
Esta actitud desde luego impide recomponer, eliminar,
rediseñar lo que sea necesario rediseñar para
salirse del error y para obtener percepciones más
acertadas que conduzcan a acciones
más acertadas.

El fracaso es un episodio en la vida. Es una marca con un
significado. Un episodio que puede dejar una carga emocional
negativa, auto-destructiva y desmoralizante de alto calibre y
duración. Pero, con un poco de astucia y con clara
conciencia de
que la experiencia en si misma y las sensaciones son el resultado
directo de energías actuantes, el fracaso se convierte sin
dudas en una experiencia única y expansiva, perfectamente
apta para la mente imaginativa y audaz, esa que concluye en que
nunca verá la luz del
día si no fuese por el fracaso. El fracaso puede ser la
antesala de la grandeza.

Excluyendo las situaciones catastróficas de
pérdidas o guerras, ante
el fracaso, es frecuente observar que las personas protestan, se
lamentan, se sienten víctimas o incapaces y solo esperan
que las cosas cambien. Esto es un deseo reduccionista, simplista
y para colmo, inútil. Inútil porque la persona
afrontando un fracaso debe darse cuenta de que ha hecho algo de
importancia para recibirlo. Para fracasar alguien tuvo que haber
iniciado algo: una dieta adelgazante, una amistad; puede
que haya tenido una relación amorosa y haya entregado su
corazón. Es posible que haya trabajado,
estudiado o entrenado durante un largo tiempo. Es
posible que haya tomado una decisión equivocada, que haya
decidido no realizar alguna actividad que le hubiera convenido
realizar. Es posible que haya invertido su dinero, etc.
etc. Una acción
anterior al fracaso tuvo que haber habido. Si ha conocido el
fracaso significa que se ha embarcado en alguna acción, ha
tomado medidas y decisiones acerca de cosas para hacer y cosas
para no hacer, y se encuentra ahora en condiciones óptimas
de "afinación y cambio". Esa
persona en el momento justo para hacer ese clic, ese destrabe
indispensable y cambio para crecer por fin, se niega a hacerlo,
se repliega o renuncia.

Allí está el fracaso. Es esta actitud la
que hay que lamentar y no el "fracaso" anterior que plantea una
lección y obliga a una actitud positivista. De nada sirve
la resistencia ni la
renuncia ni la protesta ni la resignación. Esto supone una
ilusión de cambio exterior y la verdad es que ante el
fracaso no podemos pretender que el mundo cambie; solo podemos
cambiar nosotros. El fracaso es nuestro, es para nosotros. Nos
llega a todos alguna vez en la vida. Y cuando lo hace, tenemos
que aprovecharlo. Sacarle el jugo que solo podemos sacarle
nosotros. Porque es para nosotros. Nuestro fracaso contiene todo
lo que necesitamos para nuestra evolución.

Para ello es imprescindible animarse a tocarlo, quitarle
la cáscara de negrura y palpar su parte nutritiva. Pero
antes, hay que preguntarse si realmente uno está
comprometido con el éxito.
Si uno de veras rechaza el fracaso o se identifica con él.
No todas las personas que se quejan y se lamentan de su fracaso
se identifican con el éxito. Al fracaso por lo tanto hay
que estudiarlo, entenderlo bien y luego rechazar la parte de su
sustancia que merece ser descartada o modificada. Ninguna otra.
Quédese con la lección, con el amargor, con el
dolor. Son buenos compañeros, serán sus
guías confiables. Pero para hacer las pases con ellas es
imperativo pensar con responsabilidad, evaluar, distinguir y que no se
nos nuble la vista con ilusiones ni espejismos. Hay que saber que
no somos ni seremos un corcho en el mar. Que estamos
permanentemente decidiendo cómo actuar. Y las decisiones
las tomamos por variados motivos. A veces actuados movidos por
una sed de éxito. Otras veces nos detenemos por pereza,
falta de fe, falta de energía o envueltos en una
energía negativa.

En Aflorarte.com desarrollamos técnicas
para potenciar la acción de las energías florales,
esos remedios del alma. Muchas
personas recurriendo al set de Bach deciden tomar Gentian para
combatir la experiencia de fracaso, para evitar la tristeza, y
para olvidar la desesperanza. Recurrir a Gentian es acertado pero
aspirar a generarse una amnesia a propósito de lo que se
ha sentido es aspirar a una pérdida. Mi
recomendación es: No aspire al olvido. Nunca deseche lo
que es suyo o lo que fue dirigido a usted. Vale la pena tenerlo y
retenerlo. No tema a las emociones que
pueda traer. Las emociones están hechas para sentirlas
decía Bach, son el termostato de su vida, la brújula
que lo guiará bien. Sus consejeros espirituales, sus
guías interiores le hablan a usted claro mediante
emociones, sensaciones, sentimientos, síntomas. Vale la
pena aprender su lenguaje.
Cuando lo haga no tardará en notar que silenciarlos nunca
es una medida inteligente.

La cara del fracaso puede ser su soledad de hoy, una
cuenta bancaria cerrada, dormir toda la mañana porque se
ha perdido el trabajo, el
desengaño si acaso fue víctima de una estafa. Esta
es la cara que ha de rechazarse y debe saber que se trata de una
cara temporaria que puede recomponerse como se recompone el
semblante caído con una buena dieta o con el descanso.
Este pensamiento le
abrirá las puertas a la idea de éxito futuro.
Aspire a superarse, aspire a descubrir las pepitas de oro que
aparecerán con el estudio de su fracaso. Un estudio
objetivo y
responsable que no tiene mucho que ver con recordar de un modo
auto-indulgente. Por lo tanto, no se confunda a la hora de
recurrir a las esencias, no espere a que ellas lo ayuden a
olvidar. Utilícelas como ayuda para actuar, como impactos
positivos al pensamiento, espere de ellas la mejor ayuda para
pensar su fracaso de un modo positivista del que surjan
escenarios futuros satisfactorios. Si trabaja las esencias de un
modo creativo, notará cambios. Hay una manera de pedir
ayuda a la flor, hacer que su energía convierta sus
debilidades en sus fortalezas futuras. Esa es a mi juicio una
postura inteligente que llega mucho más lejos que
cualquier tranquilizante. Al utilizar las esencias aspire siempre
a aprender la lección que debe aprender y a desarrollar
las fuerzas interiores que usted tiene.

Nietzcche decía que hay que saber lo que se
quiere y saber que se quiere.

Siguiendo mi ejemplo, si usted sabe que ambiciona para
usted una vida en pareja y feliz, su soledad de hoy puede
resultar un tormento, pero es una bendición si es
resultado de haber interrumpido una pareja que el hubiera hecho
la vida imposible. Y el saldo de la tristeza, la
melancolía en el fracaso deberían ser los
estímulos sensoriales que usted merece conservar como
pálido reflejo pero siempre alerta y listo para encenderse
evitándole a usted caer en un error parecido.

A partir de nuestros trabajos con Gentian para superar
experiencias de fracaso y obtener de ellas aprendizajes valiosos,
podemos afirmar que el fracaso no es un problema a resolver, es
una llave única que abre a la grandeza. Para implementar
este concepto hay que
rechazar la idea de que el fracaso significa error o que algo
está mal. El fracaso es un indicador sin vueltas: nos dice
claramente una cosa y esa cosa es que lo que hemos venido
haciendo, tal como lo hemos venido haciendo no funciona o no da
el resultado que esperábamos. A veces es cuestión
de revisar nuestra ambición. A veces es cuestión de
modificar los medios que
hemos ensayado para alcanzar tal ambición. También
el fracaso puede revelar que fuimos imprudentes al evaluar o que
hemos utilizado los criterios incorrectos a la hora de evaluar. A
menudo sucede que lo que es fracaso para unos es éxito
para otros. Y esto significa que los parámetros de uno y
otro son distintos y no el resultado en sí mismo. Un
fabricante de sillas que vendió 5.000 unidades en un mes
puede sentir fracaso mientras esas 5.000 sillas pueden
representar el éxito rotundo para otro fabricante de
sillas.

Cualquier conclusión a la que lleguemos acerca
del fracaso es esencialmente una hipótesis y en su mayor parte, una
reacción al desencanto, al miedo y a la
desesperación que acompaña a la experiencia de
fracaso. Cuando experimentamos el fracaso, debemos recordar que
se trata de una cuestión de interpretaciones. No sufrimos
por un hecho dado sino por la lectura que
damos a ese hecho. Antes de que podamos interpretar adecuadamente
las implicancias del fracaso, hay un asunto todavía
más grande sobre el que concentrarse y que por lo general
pasa inadvertido. ¿Sobre qué parámetros nos
basamos para determinar la experiencia como fracaso? Tenemos
suficiente amplitud de miras como para ver los otros costados de
la historia y
reconocer beneficios que también obtuvimos? ¿Hemos
conocido a alguien importante que de otro modo no hubieramos
tenido la ocasión de conocer? ¿Nos hemos enterado
de algo? ¿Es esto que llamo fracaso, el registro liso y
llano de algo específico, o es la marca predecible y
necesaria hacia el siguiente nivel de la historia?

Thomas Edison decía que con cada fracaso le
quedaba bien claro lo que no debía repetir. Al menos se
evitaba una demora futura. Aprendía mucho en el fracaso.
Registraba bien cada fracaso, lo estudiaba de izquierda a derecha
y de arriba abajo. Así es que un fracaso de hoy le
permitía resolver errores futuros, incluso inconvenientes
con los que todavía no se había topado. Si, como
yo, usted tuvo muchos fracasos con su computadora,
sabrá a lo que me refiero. Cada fracaso deja una marca y
un aprendizaje de
grandiosa utilidad para el
futuro. Uno nunca sabe cómo va a volver a utilizar esa
información pero lo cierto es que la
experiencia resulta valiosa cuando un episodio parecido vuelve. Y
nos sentimos brillantes y magníficos a la hora de
resolverlo con comodidad, rapidez y eficiencia.
Cuando nos referimos al fracaso como algo malo, inevitablemente
tenderemos a evitarlo. El proceso
solamente puede conducirnos en una dirección adoptando una postura defensiva.
Es decir, optaremos evitando males en lugar de persiguiendo
bondades. Elegiremos por temor y por descarte, y no por ansias, o
por curiosidad.

Si nuestra actitud toma la forma defensiva en una
guerra sin
fin, o toma el proceso evitativo, sobreviviremos, pero raramente
ganaremos.

Utilizándolo con sabiduría, todo fracaso
sirve para ahorrar tiempo y energías. De modo que
aprovéchelo, es un adelanto, un motivo de aprendizaje
digno de agradecimiento. No lo tome como algo malo ni serio.
Evite tomarlo a la tremenda porque usted querrá muchos
"fracasos" en su camino al éxito donde hay mucho de
ensayo y error
y también, de flexibilidad personal.
Disfrute en el camino cualquiera sea este camino.

Evalúe la historia con objetividad,
libérese de la cuadriculada manera de pensar que
generalmente acompaña a la experiencia de fracaso.
Encontrará en el fracaso una experiencia que siempre
sirve. Encontrará incluso fracasos con los que divertirse.
El fracaso es un privilegio formativo. Permite re-examinar la
visión que dio origen a toda la historia. Podemos echar
una mirada más objetiva a todas las acciones, a las
intenciones, al lenguaje, a las ventajas , a los personajes
involucrados en la historia. Y lo más curioso del caso es
que jamás llevaríamos este análisis a un nivel tan profundo y sincero
si no fuese "gracias" al fracaso.

No es por obra de la casualidad que Gentian se encuentre
en el módulo para superar la incertidumbre. Esto porque
ante el fracaso es indispensable orientar a la mente hacia la
certeza en lugar de permitirle que navegue en los peligrosos
mares de la incertidumbre.

Si aprende a orientar a su mente, encontrará que
ella le traerá datos precisos y
útiles para usted. En Aflorarte.com utilizamos la
energía de Gentian ante momentos de fracaso de un modo que
permite detectar los motivos ocultos tras la fachada de fracaso y
que verdaderamente son los responsables de impedirle a alguien
continuar con sus planes y objetivos o descubrir justamente sus
planes y objetivos reales en contraste con los que dice
tener.

La experiencia de fracaso puede dejar a la persona en
estado de
vulnerabilidad y altamente influenciable corriendo el riesgo de tomar
malas decisiones futuras. Por eso, al recurrir a las esencias es
importante aprender a impactarlas con el lenguaje.
En esta práctica se enfocan todos los trabajos de
Aflorarte. Las esencias florales contiene energía y
así también nuestros pensamientos contienen
energía. El éxito del programa
Aflorarte es haber detectado las palabras, los giros
idiomáticos, el lenguaje del cuerpo que entran en
resonancia con un estado energético determinado. El
lenguaje nos permite "movernos" en una misma experiencia, adoptar
diferentes perspectivas. El lenguaje nos permite también
de alguna manera tomar de prestado roles y creencias. Estos
recursos no son
para desestimar. Generan cambios increíbles que solo
pueden reconocerse una vez experimentados. Luego cuando uno
consigue verse a si mismo desde una perspectiva diferente y
novedosa y comienza a experimentar de primera mano la maravillosa
sensación que aparece cuando ingresa una perspectiva
útil un mundo nuevo parece abrirse con ideas, recuerdos,
esperanzas no previstas. La energía del lenguaje acoplada
con acierto a la energía de la flor forman un matrimonio
magnífico, una barrera saludable contra todo entorno que
pueda estar influenciando negativamente. Muchas veces familiares
y amigos no comprenden los tiempos internos personales para
elaborar una experiencia de fracaso de un modo que sea provechoso
y aún cuando no se lo propongan se convierten en las
primeras barreras contra el progreso.

Finalmente, a la hora de lidiar con las energías
actuantes en la experiencia de fracaso, es de crucial importancia
saber aprovechar el impulso de Gentian en su totalidad. Un poco
como tomarlo como remedio y vacuna simultáneamente. Uno
debe estar inmunizado a algunos aspectos de la experiencia.
Utilizar Gentian en su totalidad garantiza un éxito
duradero e instala una actitud positivista. Esto debe tenerse en
cuenta especialmente en aquellos casos tramposos y encubridores
de quienes, por ejemplo, consiguen reponerse de un fracaso pero
al cabo de un tiempo "algo" que no pueden explicar ni explicarse
(y que viene en forma de olvidos o distracciones), los impulsa a
cometer de nuevo aquellos fatales errores. Este "algo" es una
negatividad energética abierta todavía.

No es realista aspirar a una vida sin problemas ni
fracasos. Como el alimento, el fracaso es parte de la vida y
fundamental para el crecimiento, pero la buena asimilación
del fracaso es harina de otro costal. No es una cuestión
de vida o muerte pero se
obtendrá el producto
magnífico de un buen manejo de energías, o el
derrumbe emocional resultante de dejar las cuestiones
energéticas libradas al azar.

 

Liliana Dercyé

Directora

Enlaces Relevantes:

http://www.aflorarte.com/fracaso_grandeza.htm
http://www.aflorarte.com/38_flores_de_bach.htm
http://aflorarte1.netfirms.com/VENTAS/nfoscomm/catalog/product_info.php?cPath=21_24&products_id=29

Partes: 1, 2
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